domingo, 8 de marzo de 2015

Todos los días son 8 de Marzo

Como cada año llega el 8 de marzo y con él, el día internacional de la mujer trabajadora. Nosotras, obreras y luchadoras, somos conscientes de las vías de despolitización que se han intentado llevar a cabo mediante diferentes organismos a nivel internacional para establecer este día como 'día internacional de la mujer'. Nosotras no olvidamos el carácter de clase que da sentido y existencia a este día, ya que estaríamos olvidando su carácter real. 
Hoy queremos visibilizar la doble explotación que sufrimos como mujeres trabajadoras. El capitalismo, un sistema de producción y explotación en masa, busca los mayores beneficios al coste más bajo posible. Ahí es donde entramos nosotras, ya que dicho sistema se sirve de la desigualdad de género para sustentarse. Esta alianza entre capitalismo y patriarcado es la clave en la doble opresión que sufrimos.

El sistema nos vende una sociedad igualitaria, en la que la mujer se ha incorporado al mundo laboral, es decir, al trabajo productivo, mostrándonos así como parte activa del sistema, queriendo dar una imagen de 'liberación' de nuestra inamovible función en el ámbito doméstico y de cuidados. Esta imagen nada tiene que ver con la realidad que vivimos. Hemos sido reclamadas como mano de obra barata, sin liberarnos del yugo del papel de cuidadoras, madres y amas de casa. Esto es, del trabajo reproductivo. Esto es lo que conocemos como doble jornada laboral: nos explotan en los centros de trabajo, cobrando menos que nuestros compañeros por desarrollar la misma función, y cargamos con el trabajo reproductivo, sin ser este trabajo considerado como tal y, por tanto, realizado de forma absolutamente gratuita. El no reconocimiento de este trabajo impuesto, y el mantenimiento y normalización  del rol que estamos obligadas a cumplir (incluso, como si derivase de causas naturales o biológicas), invisibiliza esta doble opresión con fines dirigidos a la perpetuación del sistema capitalista patriarcal.

El capitalismo nos utiliza como sujetos reproductores, para seguir teniendo mano de obra barata que lo sustente, y nos sitúa como cuidadoras y madres de dicho sistema. Este trabajo es invisibilizado a nivel social a la vez que se nos vende una falsa independencia de la mujer al incorporarse al mundo laboral.

Somos mano de obra barata en en el trabajo productivo y mano de obra gratuita en el reproductivo. Ya es hora de que las trabajadoras alcemos nuestra voz contra estas violencias, que han de quedar visibilizadas para empezar a combatirlas.

Este sistema nos explota y nos maltrata como mujeres y como obreras, soportando una doble carga que no podemos permitir se siga perpetuando. Es hora de decir basta. 

¡TODOS LOS DÍAS SON 8 DE MARZO!

¡MUJER TRABAJADORA,
DOBLE RAZÓN PARA LUCHAR!